Preocupado por demás con los nuevos fenómenos sociales, los cambios estructurales de la vida y de nuestra percepción del tiempo, Helvética discutía y trataba de convencer a otras fuentes amigas en un debate informal de lo preocupado que estaba por los cambios que se venían produciendo y dando en el oficio de la gráfica.

Notas relacionadas:
Diseño entre abismos
Diseño más allá del límite
Mis cinco fuentes

Print

“No es que sea negativo, les pido por favor, dejemos de etiquetar, compañeros, estamos en problemas” enfatizó mientras con su puño cerrado golpeó tres veces la mesa.
Times que se mantenía serio y un poco al margen de la discusión escuchaba y observaba lo que sucedía.
Poco a poco se fueron acercando otras fuentes a la mesa del bar del selecto club y el debate empezó tomar más tono y color.
Gill Sans aportó su claridad de lectura al plantear que en estos últimos años de ser un puñado de fuentes pasaron a ser miles y miles sin olvidar las opiniones que cada uno puede tener de la calidad de las nuevas colegas.
“PERDON!!!! Los nuevos también debemos y podemos ser parte de un catálogo, al menos de uno digital, estar en un portal web es muy digno” gritaba desde lejos una fuente con un buen ranking de descargas pero de nombre casi anónimo, al que todos miraban sin saber bien quién era este que levantaba la voz y que llevaba una remera de Dafont.
Times miró tres veces a Clarendon en plena discusión que no paraba de acariciar su barbilla como buscando paciencia y sabiduría. Clarendon por su parte también se hablaba y cruzaba miradas cómplices con Didot. De pronto los tres se apartaron del grupo cosa que motivó la preocupación en otras fuentes de la llamada “línea clásica” que atentos a esto no despegaron la mirada tratando de interpretar que hablaban en privado.

Didot irrumpió con elegancia el murmullo generalizado y dijo: “Señoras y señores, junto a Times y Clarendon sin descartar a los otros compañeros de la línea clásica, creemos que lo más importante y preocupante no es quienes somos nosotras, las fuentes. Acá lo más angustiante es que se está haciendo con nosotras, el mal trato al que estamos siendo sometidas debe ser nuestro desvelo. ¡¡¡A Comic Sans allá afuera le están haciendo bullying!!!”.

El silencio explotó de golpe.

Times no dudó en seguir con la idea planteada por Didot y explicar que ser parte de una hoja formato A4 apaisada para expresar “fuera de servicio” no le era grato, que no era su razón en el mundo ser señalética, eso lo hacen bien Helvética, Frutiger y tantas otras. Nosotras las fuentes no disponemos el uso, eso tampoco hoy quizás lo dispone el diseñador, a eso lo gobierna la gente que con sus ordenadores, procesadores de texto y todas las cuestiones propias de la democratización que la digitalización supo traer.

Debemos estar preocupados como bien dice nuestro compañero insignia Helvética, tan probado y aplicado para la comunicación. Nadie está prestando atención a todo esto y para reconocerse idóneos en el manejo de las tipografías han aprendido que tomando de punto a alguno de nosotros, ellos se sienten con autoridad para decirse diseñadores, miren el desvelo que sufre nuestro amigo Comic, afirmaba Helvética mientras lo señalaba con su índice profundamente extendido.

Otra fuente no tan conocida llamó a la reflexión sobre los propios problemas estructurales de espaciado que muchas de ellas presentaban, que no eran tenidos en cuenta y corregidos por los usuarios o diseñadores al momento de aplicarlas y usarlas.

Más o menos todos seguían la idea de que el cambio se hacía muy presente y que más que preocuparse debían ocuparse debatiendo, discutiendo y uniendo fuerzas.

De lejos no se ve.

Mirando y escuchando todo desde otra mesa, Gotham no participaba de la problemática, giraba su aceituna cada tanto en su Martini, revisaba su perfil de facebook, ponía algunos like y por sobre todo estaba al margen de lo que el entorno mandaba.

Con cierto criterio de modernidad prefería no meterse, enfrentar la realidad en voz alta no es estar a la moda haciendo culto a la remera que se dejaba ver por debajo de su camisa prolijamente arrugada, él asentía todo con un “keep calm and uses gotham”.

Todos, de alguna manera sabían que ir contra él era inevitable. El chico del momento estaba imparable y solo debían esperar a que le bajara la espuma.

El día en el club de las fuentes y familias tipográficas iba terminando, yo como testigo privilegiado que pude ver esta discusión me quedó muy claro qué sienten cuando los diseñadores no las estamos usando con el cuidado que merecen, mirándolas y reconociéndolas en sus formas y criterios propios.

Y ahí recurriremos como muchas veces al mismo lugar, a la pregunta, a esa que no debemos dejar de poner siempre antes de cualquier acción de diseño. Llamalo como quieras, por qué, para qué o para quién, pero lo que sí no vas a poder evitar es darle una respuesta a tu hoja.