Tal cual pieza de Jackson Pollock y cuadros de bodegones, el fotógrafo Beth Galton con la ayuda de la estilista de alimentos Charlotte Omnes, presentan una serie fotográfica en donde la comida juega el papel de pintura.
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De una manera muy artística, Galton y Omnes se inspiraron en el color y la textura de los alimentos, para a partir de ahí diseñar cuadros en donde el sabor y la composición se conjugan para formar una pieza de arte.
Entre los alimentos seleccionados se encuentran diversas frutas tropicales, verduras como la cebolla y las berenjenas, condimentos y aderezos que darían como resultado una exposición culinaria.
Seleccionados por su color para que quedaran de manera adecuada con lo que se quería lograr, su forma y textura así como tamaño, al final no fue problema ya que todo sería aplastado y demolido para tener un cambio y ser planos completamente, aunque otros hasta escurren, todo va desde cebolla, granada, caviar hasta mamey, queso y jamón cambiando así la perspectiva de la comida cotidiana por algo único ante los ojos del espectador.
Cualquier sensación de hambre es sustituida por las composiciones gráficas, dejas de pensar en consumir para apreciar detenidamente lo que se puede lograr y crear estas texturas temporales.
