Por esas cosas de las ganas formativas, evolutivas, del instinto de superación o del bichito que te dice y por qué no vemos de que se trata esto que me preocupa es que me encuentro realizando una capacitación pedagógica que comprende cuatro asignaturas que apuntan a dar una mejor visión y perspectiva al acto de llevar el conocimiento profesional de la actividad diaria al espacio y proceso didáctico.
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La currícula está compuesta por cuatro asignaturas que recorren la problemática y práctica pedagógica para el docente, el grupo está compuesto por profesores o adjuntos del nivel terciario y las edades de los concurrentes ronda entre los treinta y cinco a cincuenta y cinco años en promedio.
Digamos que muchos de los que estamos ahí sentados, salvo por algunas excepciones, todos conocimos en la vida adulta este nuevo aparatito llamado celular, el otro que le dicen computadora personal y todo lo que hace y conforma nuestra vida hoy.
Ya cursando la tercer materia encuentro un denominador común entre nosotros a la hora de entrar al aula y son las ganas, necesidad y hasta en algunos momentos desesperación por poder entender, saber donde estamos parados. Es muy importante remarcar que en todo momento hay una lucha desenfrenada del docente a cargo de la materia por lograr mantener la clase en el carril pautado por el temario y lograr que la coyuntura no invada y convierta el aula en una sala de profesores catárticos necesitados en obtener cuanto antes una aprobación de su par a los comunes problemas que se le presentan constante y sonante dentro de su asignatura.
El matutino dominical da cuenta de la realización del TEDxRíodelaPlataED donde la crónica recorre lo acontecido en este encuentro de pensadores con el tema focalizado en la educación.
A primera vista pertrechado de una tostada en mano untada con queso blanco y café con leche mediante, entiendo que estamos inmersos en un peludo lío en esta materia.
De las crónicas que nos describen temas que nos atraviesan la vida de todos en gran o menor medida me gusta ir a ver qué dice el sentido común y para ello busco la versión digital del diario papel y con voracidad veo los comentarios de los lectores. Hermoso lugar si los hay para practicar el fundamentalismo, el hablemos sin saber y de la lucha de la buena y bien intencionada idea por sobrevivir para no ser vista y tratada como todo lo que está ahí.
Una cuestión común como es la educación y sus problemas cuando empieza a hacerse visible en la mesa de casa, en la palabra de tu hermana sobre tu sobrino o en el comentario a tu compañero de trabajo del no pude no dejar de escuchar protestar a dos madres angustiadas en el transporte público por la educación de sus hijos, es la señal de que es un tema en estado de ebullición, discusión y de debate para lograr una transformación.
Este es el instante justo donde uno comienza quizás a dimensionar de manera más cabal que la escuela primaria, secundaria está en crisis, donde la académica tampoco escapa y para nada es ajena a todo esto.
Desde mi pequeño espacio de confusión quedo en jaque y solo puedo entregarme solidario, comprometido y dispuesto a tratar con la mejor de las intensiones y amplitudes a aportar la cuota parte en pos de lograr encender la chispa de ambición por descubrir que haga en el otro cerrar el proceso de aprendizaje.
El tema y la empresa es más que interesante sin descontar que estamos frente a un desafío de cambio sin precedentes. Nos sería muy bueno poder teletransportarnos y ver todo esto con cincuenta años por delante y valorar lo que se está trabajando en este gran debate que nos tiene como participantes. Cuando digo esto estoy incluyendo a todos los que dicen que estamos peor que ayer, a los que entienden que vamos en picada constante o los que creen muy bien que está pasando y que estamos produciendo.
En un mundo agobiado por la incertidumbre, en el que pareciera envolvernos una sensación de obsolescencia de nuestros sistemas educativos, ¿cómo podremos asegurar nuestro éxito como individuos, los de nuestras comunidades y los del planeta mismo? Necesitamos revolucionar la educación.
Quiero cerrar esta incertidumbre la que seguro nos agobia a muchos y a algunos entusiasma con esto que descubrí en la red, es el Manifiesto 15, compuesto por doce puntos de un interesante texto que llama a evolucionar la educación y que promueve el debate y la discusión desde algunas ideas dinamizadoras.
Al que esté interesado en esto de la escuela del mañana los invito a que lo busquen y recorran sus doce puntos porque el futuro de la educación es ahora, las decisiones que tomemos hoy ya se estarán proyectando mañana.
En esto de la evolución los diseñadores seguro nos deberíamos sentir un poco familiarizados porque la hoja en blanco siempre nos anima, aunque no lo logremos en apariencia, a cuestionar el sistema obsoleto y a desafiar el paradigma desde el aporte de las ideas y de la promoción de la libertad con la firme concepción de asumir responsabilidades emprendiendo acciones que incluyen a los que están en el estadío de aprendizaje a la toma de decisiones y reformulando nuestro rol como guías que digamos de paso siempre debe proponer entusiasmar y entusiasmarnos.
