“Caminante no hay camino, se hace camino al andar” dice Joan Manuel Serrat en una de sus canciones haciendo referencia a una imagen poética sobre la vida y el transitar de cada ser humano. Si le quitamos algo de poesía a esa frase, y la acoplamos al ingenioso diseño de zapatos de Leanie van der Vyer, veremos que el camino será, seguramente, bastante arduo. Los calzados que han sacudido el mundo del diseño presentan una forma extraña, con el talón en la punta y la punta en el talón. Es decir, fueron pensados para ser usados al revés mientras se camina hacia adelante.

Por más increíble que suene, esta idea fue nominada para un premio en el concurso Gerrit Rietveld, cuyo jurado, luego de ver un video de una modelo que demostraba con cierta destreza cómo caminar en ellos, comentó: “El objeto creado por Leanie expande el concepto de zapato hacia múltiples significados (…) El jurado aplaude la manera en la que la estética, la ergonomía y la próstesis se mezclan en una extraña coreografía”. Y en verdad la imagen de la modelo instaurando una nueva forma de caminar y de moverse es, además de interesante, un tanto estrambótica.

Altísimos tacones de cuero suspenden al que los use en una especie de juego de equilibrio y contorsión, generando la inclinación del torso hacia adelante y un caminar pausado y algo robótico. El nombre de esta idea es “Scary beautiful”, algo así como “Espanto bello”, y de alguna forma, al ver cómo debería moverse el cuerpo al usar estos zapatos uno no se deja de asombrar ante lo maravilloso de esta idea de diseño y también, ante lo perturbador de la misma.
Con su tinte futurista y alocado, la propuesta recorrió el mundo y se ganó la admiración de los entendidos y el desconcierto de muchos. La poética de su nombre (luchando entre los límites del oxímoron) definitivamente lo hace llamativo y le abre nuevos caminos en el mundo del diseño, mientras, a paso quebrado y extraño, va andando con pasos innovadores.