Starbucks y Cielito Querido tienen algo en común, pues además de ser cafeterías, el éxito del que gozan es gracias a los esfuerzos que ambas marcas han hecho en cuento a diseño.
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Pese a los errores que Starbucks y Cielito pueden tener, ambas son un ejemplo de branding por su lenguaje visual, arquitectura de interiores y otros aspectos gráficos.
Héctor Esrawe e Ignacio Cadena —expertos en experto en interiorismo y diseño industrial, y lenguajes visuales, respectivamente— son los dos genios detrás de Cielito, cafeterías que iniciaron en dos plazas comerciales de la ciudad de México.
Ellos concibieron un lenguaje visual de Cielito que ha conquistado al público por utilizar copys y elementos mexicanos mezclados con un toque contemporáneo. La inspiración más directa de su branding son “los rotulistas latinoamericanos, en conjunto con la gráfica de los productos de las antiguas tiendas de ultramarinos y tiendas de raya”.
Inventaron su propio lenguaje gráfico que se refleja en el propio nombre, cuyo origen se puede encontrar en la frase de la canción Cielito Lindo: “México Lindo y Querido”.
Es decir, el branding de Cielito radica en la estética de la cultura popular latinoamericana, que se conjunta con un estilo Neo-Retro, fusionado con los gráficos de la época de las colonias y la publicidad de las grandes tiendas departamentales de los 50 e integrado en un lenguaje coloquial de los mercados y tienditas.
“El concepto nos abre la posibilidad de comunicarnos con una mayor gama de audiencias y se convierte en un producto atemporal, ya que se nutre de su pasado pero buscará contínuamente presentarse de maneras distintas”
Y mientras Cielito enamora a través del diseño de sus locales a los consumidores de café, otro segmento también se engancha con una de las más recientes lovemarks: Starbucks.
Esta cadena estadounidense nació en Seattle, en donde tres socios establecieron un local para venta de café tostado. Durante 1982 Howard Schultz se unió y trató de convencerlos de ofrecer la bebida para llevar. La idea no prosperó, pero pasado un tiempo Schultz se hizo de Starbucks y puso en práctica su objetivo.
Hoy en día la cadena ha ganado un lugar en el gusto de las personas, pero ello se ha debido a la influencia del buen diseño, tanto en sus tiendas como en el resto del branding, el cual retoma algunos elementos tradicionales, como los pizarrones de display.
En lo que respecta al logotipo, este tiene como personaje central a la Melusina, una hada de las mitologías europeas, que poco a poco se ha acercado a sus clientes, ya que a través de de las diversas modificaciones al logo, se ha hecho un close-up.
De hecho, el último cambio ha sido el más acertado, pues eliminó el negro que utilizaba en el centro junto a la Melusina, sólo quedó el verde, lo cual le inyectó más luz y el diseño actual juega con el espacio en blanco.
Cada una de las marcas ha sabido sacar provecho al diseño en branding y en arquitectura de interiores, lo cual es una gran lección en la materia y que son dignas de reconocer, no para imitar, sino para saber llegar a través del diseño.