El Gran Hotel Budapest, el filme del director estadounidense Wes Anderson ha conquistado al público por la estética, además de la ingeniosa historia, que maneja, pero ¿cuáles son las claves visuales que han enamorado?
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La historia que cuanta El Gran Hotel Budapest no sólo es surreal, sino que su estética se entreteje con la misma para darle ese toque excéntrico y tan característico de Wes Anderson.
Por ejemplo, en el filme se aprecia la simetría en el edificio en el que sucede toda la acción, pero esta majestuosa construcción inexistente destaca por los colores pastel que en ella existen.
El diseño arquitectónico es un referente de los edificios de los años 30 en Europa, además de ello, el paisaje entero es la propia visión del cineasta sobre la parte oriental del viejo continente.
Sin duda, El Gran Hotel Budapest es una de las obras más visuales del director, pues alrededor de todo el filme aparecen elementos visuales en los escenarios, vestimenta y props.
Otro ejemplo de ello es la paleta de colores que utiliza en todo el filme, en la que predominan los colores pastel, comenzando por el mismo edificio, interiores que también hacen referencia a Stanley Kubrick.
Finalmente, el último elemento que no puede faltar es la simetría en cada una de las tomas, un factor visual que es casi como la firma de Wes Anderson.
THE GRAND BUDAPEST HOTEL OFFICIAL TRAILER from total:spec on Vimeo.