Me puedo imaginar claramente a Manuel Álvarez Bravo esperando el preciso momento de dar clic a su enorme cámara para capturar una imagen que lo haría inmortal. En sus épocas cada negativo era importante, era una oportunidad única para captar la imagen y en un sólo momento crear arte.

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No tenía la posibilidad de tomar mil imágenes de la misma escena, revisarlas primero en su pantalla LED en la cámara, luego en una súper computadora, para elegir la correcta, para después hacer las modificaciones pertinentes de luz, color, y a veces hasta montajes de lo que hizo falta o sobró en programas de edición de fotografía.

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A veces tengo la duda de qué clase de fotógrafa o artista sería de haber nacido en esas épocas en donde todo era mucho más orgánico, real, minucioso, y creo que hasta valioso.

Primeramente, hubiera tenido que desarrollar habilidades personales como la paciencia, mayor atención al detalle y sobre todo seguridad de saber cuando dar clic, al estar muy consciente que las oportunidades de captar momentos están limitadas por el número de rollos que vaya cargando conmigo.

Y sobre todo, personalmente no puedo dejar de mencionar que el peso de esos artefactos y sus accesorios comparados con los que hoy en día nos ofrece el mercado, hubiese sido muy probablemente un factor decisivo para haber renunciado a la profesión aún antes de empezar.

Precisamente por estos avances tecnológicos, la fotografía es mucho más accesible en nuestros días. Cualquier hombre, mujer, niño, joven, hasta ancianos, tienen acceso a tomar una foto desde su celular, lo cual crea cada vez más aficionados, más profesionistas y más competencia, cuya consecuencia lógica es que, durante esta época digital, si quieres ser un fotógrafo y vivir de esto, se tiene que ser no sólo el mejor sino ofrecer algo diferente, único.

Para mi, esto es una verdadera maravilla, ahora veo cada vez más la manera en la que la fotografía es usada como arte en lugares exclusivos, en donde sólo un buen óleo era capaz de llegar. Hemos ganado mucho más espacio en las paredes de galerías y grandes museos. Esto me motiva muchísimo a seguir aprendiendo y creo que a muchos más también.

Así que, nosotros fotógrafos, artistas y el público en general, tenemos mucho que agradecerle a la era digital, que ha creado a grandes personajes con sus respectivas obras de arte, y sobre todo que nos da el acceso para apreciar estas maravillas, no sólo las de esta nueva era, sino de los grandes del pasado también.

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