Nadie se salva en el mundo de la creatividad, México no es el único país en el que los animadores sufren de bajos salarios o escasas fuentes de trabajo, pues el quinto capítulo del nuevo Dragon Ball ha sacado a relucir la situación a la que se enfrentan los animadores en Japón.

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Los fanáticos que tuvieron que esperar 18 años para ver de regreso a sus personajes favoritos en Dragon Ball Super se llevaron una desagradable sorpresa con el quinto capítulo, pues la animación dejó mucho que desear.

Las críticas desatadas en redes sociales, en las que algunos aseguraron que los dibujos parecían haber sido hechas por niños de 10 años de edad, destaparon la actual situación que viven los animadores en Japón.

Thomas Romain, un experto que trabaja en ese ámbito, publicó en su cuenta de Twitter la verdad sobre la animación japonesa y el problema de raíz sobre la mala calidad de lo que se vio en Dragon Ball Super.

“La animación japonesa está pasando por una grave crisis y nada mejorará si no se brindan mejores condiciones de trabajo a los animadores”, dijo Romain. Y es que las empresas de animación son pequeñas, no cuentan con grandes presupuestos y además contratan a freelancers que cobran poco por su labor, que incluso tienen que trabajar en casa. Incluso algunos son amateurs.

Esto sólo devela la situación laboral que viven muchos creativos alrededor del mundo, en el que esquema de freelance se apodera poco a poco de algunas industrias y el resultado no es el mejor. No es la primera ocasión en que esto sucede con las series japonesas, ha pasado anteriormente con la nueva versión de Sailor Moon.