Es muy común que los negocios pequeños —y también algunos medianos y grandes—, como restaurantes, tiendas o empresas de servicios sean bombardeados por diseñadores que encuentran áreas de oportunidad para mejorar en cuanto a la comunicación gráfica que proyectan a sus clientes.

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En muchas ocasiones, estos negocios comienzan con poco presupuesto y van creciendo sin la necesidad de contratar los servicios de un diseñador. Por lo general es difícil convencerlos, casi siempre llegamos con el dueño del negocio y es él quien termina por enseñarnos la forma en que ha podido subsistir.

Cuando nos enfrentamos a este tipo de situaciones es importante tener en mente estos 5 argumentos que nos pueden ayudar a resaltar la necesidad del diseño en cualquier negocio que ofrezca una cara al público. Muchas veces creen que no lo necesitan, porque no lo han visto como una necesidad, pero aquel que se aprecie de cuidar su negocio y estar al pendiente de cualquier elemento que externo que lo ponga en riesgo —como la competencia o crisis económicas, entre otros— debe saber lo que el diseño puede hacer por su negocio:

1. El diseño es a un negocio lo que la ropa a una persona

Nosotros nacemos con nuestra propia personalidad y la proyectamos a través de nuestra voz, mirada, gesticulaciones y movimientos. El diseño es como la ropa con la que nos vestimos; no constituye la personalidad por sí misma, pero resulta el complemento ideal que nos ayuda a proyectar nuestra personalidad acertadamente. Puede ser tan llamativa o discreta como su usuario, pero a final de cuentas dice algo y es irrenunciable. Incluso el no tener un diseño formal es parte de esa personalidad. Un abogado siempre querrá lucir como abogado y un diseñador como diseñador, precisamente esa coherencia se da a través de elementos gráficos que refuerzan el mensaje hacia un consumidor o cliente.

2. El diseño te ayuda a que te reconozcan

Si nos encontramos un carrito en la calle color naranja, seguramente lo asociamos con Comercial Mexicana, un refresco con una etiqueta roja nos dirá Coca-Cola, un vaso blanco con un círculo verde Starbucks y un óvalo azul en un auto es Ford. El diseño resulta la herramienta con la cual un cliente podrá reconocer un negocio, son estos elementos gráficos como el color, la forma, el tipo de letra o el acomodo de todos ellos los que actúan como recordatorios hacia cosas con las que los relacionamos familiarmente. Si el óvalo azul estuviera en un empaque de comida quizá lo asociaríamos con otra marca diferente a Ford.

La finalidad de un diseño es que los demás te reconozcan fácilmente, desde un envase de yogurt en el súper, hasta tu bufete de abogados entre otros mil.

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3. El diseño te ayuda a dar el mensaje correcto

¿Se imaginan el nombre de un bufete de abogados con Comic Sans? ¿O un salón de fiestas infantiles con Trajan? El manejo de los elementos gráficos, que va más allá de la intuición o el gusto personal es lo que hace al diseñador apto para manejar una imagen y proyectarla hacia el público con una garantía de efectividad. Más allá de deducciones bien intencionadas o suposiciones, un estudio concienzudo de la marca la hará más efectiva.

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4. El diseño es para todo tipo de empresas

Muchos blogs hablan de los altos costos que pagan empresas como American Airlines o Televisa para posicionar sus logos. Este argumento termina por ser nocivo para los pequeños clientes, que creen que el diseño de un logo se tasa en más de medio millón de pesos. El diseño es flexible y adaptable de forma coherente con el negocio. Se puede cobrar 500 pesos por un logo para una reunión de amigos de generación, pasando por 5 mil pesos para un negocio muy pequeño o llegar a los 100 mil para una empresa grande, que requerirá más allá de un ciento de tarjetas de presentación y papel membretado. Resulta de suma importancia recordarle a cliente que lo que está pagando es por un servicio, esencialmente intelectual, como el de un abogado o un médico (el doctor no te cobra 1,000 pesos por escribir una receta, sino por el proceso que lo lleva a poder decirte qué necesitas y dártelo).

5. El diseño no es un gasto, es una inversión

Al ser una inversión se convierte en una herramienta indirecta que permite a los clientes lograr el éxito en sus diferentes propósitos: que prefieran ir a tu restaurante en lugar del de junto, que compren tu marca porque ofrece más calidad que el de la competencia, que proyecte confianza a quien compra el producto y podemos seguirnos. Estos beneficios pueden verse en los libros de contabilidad en las empresas en los estudios de mercado, en el incremento de volumen de ventas y hasta en la productividad de una empresa al manejar formatos y sistemas más sencillos y fáciles de entender.

Design Lifer
Diseñador gráfico con maestría en diseño editorial por la Universidad Anáhuac y con cursos de Publishing en Stanford. Actualmente dirige MBA Estudio de Diseño, dedicado al diseño editorial, identidad y publicitario, además de realizar scounting y contratación de talento de diseño para diferentes empresas. Es profesor en la Universidad Anáhuac y la UVM. Le gusta la caligrafía, tipografía, la música y la tecnología.