Aunque la gente de éxito suele ser percibida como personas perfeccionistas, recientemente expertos en psicología aseguran que ser perfeccionista no es una característica positiva, pero entonces ¿un diseñador debe o no serlo?
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La respuesta correcta depende del cristal con que se mira, pues mientras existen perfeccionistas en un grado obsesivo, los diseñadores que saben manejar este tipo de situaciones pueden sacar más provecho y beneficios en su trabajo.
Primero debes saber que un perfeccionista es aquella persona que está en búsqueda constante de la impecabilidad, que se pone altos estándares, que se evalúa excesivamente y que se preocupa por lo que piensan los demás.
Pero aunque estas exigencias personales puesden resultar negativas, no siempre lo son, sólo más bien es cuestión de sacar provecho de algunas de ellas para saber emprender mejor tus proyectos de diseño. Por ejemplo, tu trabajo si debe se impecable a la hora de las entregas, pues entre menos errores, menos correcciones.
Por lo tanto, estarás cumpliendo con los estándares que te has fijado y que tus clientes querían, lo cual se traducirá en recomendaciones para que te encargues de otros proyectos. La autoevaluación será parte fundamental para conocer tus errores y enmendarlos. Mientras que lo que piensen lo demás debes tomarlo de forma constructiva y no como crítica destructiva.
Además, ser perfeccionista te ayudará a mejorar la organización de tus horarios y tu tiempo, por lo que también se verá reflejado en los resultados como diseñador. Sólo debes dejar de lado los aspectos negativos como la frustración cuando no te salen bien las cosas, pues más bien debes aprender de los errores.
