El título que acompaña a la columna de hoy es una frase dicha por Paul Rand, uno de los diseñadores más destacados de nuestros tiempos, y sirve como énfasis en la trascendencia del diseño en los tiempos que vivimos.

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En días pasados se llevó a cabo un evento llamado «El futuro del diseño», organizado por Diseñadores México y los exalumnos de la UIA, hablando sobre la forma en la cual vamos a estar diseñando en los próximos tiempos. En ella, Renata Becerril, directora del Abierto Mexicano de Diseño hacía incapié en la necesidad de comenzar a ver el diseño no como una serie de apartados únicos donde cada uno mantiene una línea de trabajo individual. Más bien, su misma naturaleza nos obliga a considerarlo como un tejido donde todo se va encaminando a soluciones integrales.

Es entonces el momento en el cual hay que comenzar a percibir el diseño desde una perspectiva diferente, en la cual el gráfico, industrial, interiores y hasta la misma arquitectura conviven en espacios cada vez más cercanos y necesitados unos de otros. Comienzan a surgir agencias y despachos donde los servicios se dan de forma integral: un negocio conjuga no solo la necesidad de un gráfico para su letrero o los gráficos, sino también el industrial y el diseño de interiores para desarrollar el ambiente completo.

Igual funciona, por ejemplo, en otras áreas que se ven cada vez más necesitadas de mentes creativas que respondan a necesidades que anteriormente solo existían en la mente de los ingenieros o de los programadores. Así como un software necesita un buen diseño de interfaz, de igual forma un plan de ingeniería para el nuevo aeropuerto hace imperante la necesidad de un diseñador de espacios, más allá de un solo arquitecto o ingeniero. Hasta la planeación de calles, la circulación, la ciudad misma, comienza a voltear hacia ese vacío que implica la satisfacción de una experiencia de uso.

Un médico, por ejemplo, recurre al diseño en la funcionalidad de sus exposiciones incluso ante los pacientes mismos. Hace poco tuve que ir con uno, quien al diagnosticarme, me mostró un video donde me explicó el proceso del nacimiento de una hernia, algo que hace décadas me hubiera mostrado a través de un gráfico desarrollado por un ilustrador con conocimientos del cuerpo humano, hoy es toda una industria compuesta por profesionales no solo en el manejo de video, sino de asesoría específica de la medicina, programación para incorporarla en una aplicación y todo el sistema de mercadeo.

Aunque el diseño siempre ha estado presente en nuestras vidas, en este el momento en el cual lo convertimos en algo cada vez más presente y consciente en nuestra vida cotidiana. Es precisamente en su definición , donde su área de aplicación se extiende a prácticamente todo lo que el ser humano moldea y maniobra.

En el pánel de expertos que les comento (en el cual también estuvieron Gustavo Prado de trendo.mx, Mario Ballesteros de Archivo Diseño y Arquitectura, Enrique G de la G de Designboom y Emiliano Barruecos de Arca) el diseño se ve de manera muy distinta y a veces opuesta, pero encaminada a ser una especie de recubrimiento que resulte incluso ineludible para cualquier persona, que consciente o incoscientemente lo vea como una extensión de la naturaleza.

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Sabemos que se busca la invisibilidad, que mientras menos se sienta su presencia más está ahí. Así debe ser el diseño, llegando a puntos tan relevantes como hoy vemos la ingenierías, por poner tan solo un ejemplo, y en donde las universidades se conviertan en solo moldeadoras de esta forma de ver el mundo. De esta forma regresamos al principio: el diseño es todo, lo que tocamos, lo que vemos. Hablamos mucho sobre la educación del cliente, cuando realmente lo importante es que nosotros mismos comencemos a ver la verdadera trascendencia de lo que hacemos; ver el panorama completo nos expone a una mayor cantidad de clientes potenciales a quienes podemos aplicar creativamente soluciones que no únicamente se limitan a los resultados tradicionales que seguimos viendo como la base del diseño: un logo, un folleto, una silla, una mesa.

Si todo lo que vemos es diseño, entonces nuestra área de trabajo se extiende infinitamente hacia donde miremos.

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Design Lifer
Diseñador gráfico con maestría en diseño editorial por la Universidad Anáhuac y con cursos de Publishing en Stanford. Actualmente dirige MBA Estudio de Diseño, dedicado al diseño editorial, identidad y publicitario, además de realizar scounting y contratación de talento de diseño para diferentes empresas. Es profesor en la Universidad Anáhuac y la UVM. Le gusta la caligrafía, tipografía, la música y la tecnología.