Conseguir los objetivos de alguna aplicación digital está ligada ahora con la satisfacción de los usuarios, pero eso se logra cuando el diseñador deja de centrarse sólo en el diseño y se enfoca en la experiencia del consumidor.

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La tendencia del perfil del diseñador es multidisciplinario, es decir, que tenga conocimientos sobre psicología, antropología, ciencias de la computación, diseño gráfico e industria y ciencias del conocimiento.

Esas diferentes disciplinas resultan ser un apoyo para entender al usuario y así centrar los diseños digitales en la experiencia que pueden vivir.

Uno de los elementos que intervienen es la llamada arquitectura de la información, la cual se define como la estructura y organización de la interfaz de una aplicación, que es la parte no visible del diseño.

La arquitectura de la información, que es un elemento clave en el user experience design (UXD), tiene una gran influencia en la usabilidad del sistema, con ella el diseñador es capaz de organizar espacios de información para ayudar al público a satisfacer sus necesidades de información.

Con el uso de la arquitectura de la información, el diseñador puede mejorar el user experience en un aspecto muy importante que es facilitar la aplicación de la información. Esto último se puede lograr de dos maneras:

1 Recuperar los datos y
2 Posibilitar que sean encontrados.

La primera se refiere al diseño y definición de índices, clasificaciones, taxonomías y sistemas de recuperación de información o sistemas de búsqueda en el sitio web; mientras que el segundo a la optimización del sitio para buscadores.

La arquitectura de la aplicación web permitirá la usabilidad, que deber ser entendida en relación con la forma y condiciones de uso por parte de sus usuarios.

Con frecuencia, las aplicaciones se diseñan con la intención de satisfacer las necesidades
de una audiencia concreta, así que el diseño será más usable en cuanto esté adaptado a ese público y para el resto de los usuarios.

Como ves este enfoque ya no se trata sólo de centrarse en el uso de los colores y formas, sino que abarca más elementos que implican el buen funcionamiento de un diseño.